lunes, 24 de junio de 2013

PATRIOTISMO... Y CALDO GORDO - POR Fray Mocho

- ¡Mirá, hermano!... yo sé lo que te digo!... Si la historia y el patriotismo, manejados con cierta malicia, no te pueden abrir cancha, es porqu'estás destinao a vivir de tu trabajo... ¡Pero, es bueno que tentés!... La historia... - - Como pa historia'ndo yo... que de pobre me voy quedando hasta miope.
- Pior andaba Taquito... ¿te acordás?... ¡Bueno!... Y ya lo ves aura... ¡Juntó platita pa casarse, se da corte hasta con Roca y es hombre que ha segurao su pucherito y su catre!... ¡Mirá!... P'hacer vivir a las gentes no vas a'llar protector que lo iguale a San Martín... ¡Esa es muñeca, che!... Si aprendés a manejar la vida e nuestros guerreros, reít'e todos los jueves con sus listas de remates y nombramientos de oficio... ¡No hay caldo más sustancioso que el que toman los patriotas!
- Sí, che... pero hay que tener coraje... ¿sabés?... y cierto barniz de loco...
¡Gran cosa el barniz!... Lo que hay que tener es ganas y sentir necesidá...
- La perra con el Taquito que habí'entendido la biblia... ¿Quién ib'a crer, viendoló en la facultá, que llegase a personaje y se codiara algún día con Carranza y con Mantilla, con Biedma y Leguizamón?...
- ¡Esos son los pichoncitos!... ¡Pensá en los otros más grandes!... Mirá. Cuando hizo el descubrimiento de aquella hija natural del trompa de San Martín, recién estaba estudiando y sin embargo se hizo de relación con López y don Bartolo, terciando en una polémica entre Groussac y Zeballos... ¡Ya lo ves!... ¿Qué no podrías hacer vos, que al fin sos tod'un dotor, si te metieras en una?...
- Yo, hermano, no tengo cuero pa semejantes correas... - - Porque sos sonso y te da por lo romántico, cosa que Taquito no tenía... ¡Fijate!... Una mañana me lo hallo en plena calle Florida y lo convido a'lmorzar... Estaba contentísimo. Hasta llegó a interesarse por mis trabajos d'estancia... Nos sentamos y como era natural vo'y le paso el menú... ¡Pucha que cambio, che!... No bien l'ech'una mirada, se paró temblando e rabia y me gritó como loco... ¡A ver, che, vamonós d'este fondín!... ¡Esto es un crimen!... ¡Es un delito!... ¡Al gringo qu'es dueño de este tugurio, deberían secarlo en la cárcel por bandido y facineroso! ¡Claro!... A los gritos, corrió el dueño de la casa y todos los concurrentes, y él, saltando sobre una mesa, pidió a los argentinos que s'encotrasen presentes que abandonasen la sala... ¡No se puede comer, decía, en la casa de un canalla que ha tenido el atrevimiento de poner entre los platos del día nada menos que bacalao a la española, siendo el aniversario de sorteo de Matucana, en que los más preclaros patriotas pagaron con si vida su amor a la libertá!... ¡Qué cosa bárbara, che!... ¡Claro!... Fuimos a dar a la comisaría... ¡Per'hubieses visto los diarios a la mañana siguiente!... Taquito fue casi un héroe y el gobierno tuvo que dar un puesto pa medio desagraviarlo y apaciguar la opinión...
- ¡Bueno! ¡Perfectamente!... ¡Yo lo comprendo todo... pero cuand'uno no puede, hermano... no puede y no hay que hacerle!
- ¡Hay que poder no más!... ¡Taquito es consecuente con sus locuras y es lógico en su conducta... por eso ha subido!... ¡Hacé vos lo mismo y subirás también!... Un día, lo hallo parao en la calle, grave y serio como debe ser todo hombre que sabe qu'es importante y lo convidé a seguir... “No puedo, hermano... ¡Estoy esperand'un tranway... el único d'esta línea en qu'es mayoral un criollo!... No hay nada que me reviente como pagarle a un gallego para poder circular en las calles de mi patria... ¡d'esta patria, agregó con voz de trueno, qu'es cuna de tanto prócer!...” ¡Ya ves!... Cualquiera creería que Taquito ib'a dar al manicomio y ha ido a dar al congreso y es caudillo y hombre de porvenir... Será ministro en el extranjero, senador y si me apurás mucho hasta president'e la república... Con la historia y el patriotismo, che, se lleg'a todo en esta tierra...
- ¡Si soy un convencido, hermano... pero le temo al ridículo!... ¿Soy sonso, me dirás?... ¡Y bueno!... Yo lo sé, pero con eso no me voy a remediar y es por lo que t'he pedido que me recomendés a tu primo... ¡Los jueces pueden hacer mucho por los sonsos, cuando quieren!... - ¡Pucha que sos pavo!... ¡En fin!... No hay pior sordo qu'el que no quier'escuchar...
- Decime... ¿Y vos sabés por qué se mudó Taquito de la casa e la suegra, produciend'un bochinche de familia?... ¡Fue porque la señora permitió que visitas'en la casa un catarmarqueñito que se llamaba Goyeneche!... No podía oir el nombre, según decía, sin recordar Vilcapujio y los versos del himno nacional: “¡Y cual lloran bañados en sangre, Potosí, Cochabamba y La Paz!...”
- ¿Qué loco lindo, no?... Yo, a la verdad, me alegro de que le vaya bien y lo sigo con placer, aunque se'a la distancia... Vez pasada la fui a ver a la hermana, con quien tengo relación y atend'este dialoguito que la pinta de mano maistra:
- ¿Y Taquito?... ¿Dónde vive?... ¡Hace mucho que no lo veo!
- Vive aquí... Ocupa la planta baja...
- Mirá... ¡qué suerte para usted!...
- ¡Cómo no!... Sin embargo, ahor'andamos medio mal, por causa e mi chiquilina qu'está'prendiendo el piano... - ¡Ah!... ¿Lo molesta en sus estudios?...
- ¡No! Es que la otra mañana vino el maistro y l'empezó a enseñar al introducción del himno nacional, qu'es tan bonita... En eso estábamos, cuando derrepente l'oigo que gritaba de abajo... ¡Che!... ¿Querés decirle a la chiquilina que se deje d'embromar?... ¿Vos no sabés que yo n'oigo nunca el himno aplastao en una silla? ¡Desde hace dos horas me tiene de pie!
- ¡Si no es nada, che! le contesté, es la niña qu'está con el maistro!... ¡Mas bien no me hubiera oído!... ¡Vino a casa y lo puso al pobre don Domingo pior que si fuese un trapo e cocina, diciendo qu'era una indignidad andar manoseando la música de la patria y enseñando al pueblo a no tenerle respeto y que lo debían quemar por hereje y mal entretenido!
- ¡Bueno, che... todo eso te prueba qu'es un desequilibrao!
- ¿Y qué ganás vos ni yo con el equilibrio que tenemos?... ¿Vamos a ver?... ¿De qué nos sirve?... Él, con sus locuras, vive y engorda, y nosotros con nuestro juicio nos morimos de hambre... ¡Mirá, hermano... convencete!... ¡La gent'e juicio va siendo la cola'el mundo y hay que castigar pa ponerse a la cabeza, si es que se quiere andar limpio!...

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