lunes, 24 de junio de 2013

Romace VI, de “Abrojos” - Rubén Darío

Puso el poeta en sus versos
todas las perlas del mar,
todo el oro de las minas,
todo el marfil oriental,
los diamantes de Golcodna,
los tesoros de Bagdad,
los joyeles y preseas
de los cofres de un Nadab.
Pero como no tenía
para hacer versos ni un pan,
al acabar de escribirlos
murió de necesidad.


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