lunes, 24 de junio de 2013

Poetas y escritores Balcarceños de antaño.

Hoy presentaremos una sección que abarca algunas poesías cuya publicación fue hecha hace bastante tiempo en algunos medios (léase diarios o libros). Obviamente no están todos, pero al menos hemos rescatado unos pocos que, precursores de las páginas literarias de hoy, han escrito por “amor al arte” (o sea, gratis, para tranquilidad y regocijo de esos medios), con el sólo mérito de colocar una nota bella, satírica o filosófica que haga reflexionar, reír o simplemente gustar de quien las lea.


Décimas

¡Balcarcenses! atención,
Ya tenéis en vuestro suelo
ese pérfido veneno
de horrible prostitución.
Los buenos corazones
ya pueden ¡ay! si, llorar,
pues ésta va a socavar
las costumbres patriarcales,
suplantándola con males
que jamás han de acabar.


¡Moral! ¡Moral! ¿Dónde estás?
De pena me cubro el rostro,
y ante ti, Señor, me postro
mirando tanta maldad;
vergüenza da que te atan
al carro del deshonor,
con lágrimas de dolor
e impulsado de santa ira,
hago pedazos mi lira,
por no ser un mal cantor.

Septiembre de 1867


Extraídas del libro “Historia de Balcarce” de Rafael Cabot. Estas décimas, primera y última, de un cronista de la época, impresionado por los males de la época, fueron compuestas a modo de protesta, como se acostumbraba, para ser cantadas en las pulperías, en los almacenes y en las casas de comercio por los gauchos de la época. Su origen fue la demora en trasladar la primera autoridad al pueblo de San José de Balcarce, lo que dio motivo al incremento del juego, el libertinaje y la inmoralidad. 


Motivo de Lirismo Mayor

Si ella me amase como yo la quiero
y supiese que corre por mis venas
una inquietud racial..que la venero
en el pálido altar de intensas penas…

Que para mi es la vida, y que en sus brazos
presiente mi bajel, dulce bonanza;
si supiese que guarda en sus regazos
de este bardo la paz y la esperaza;

entonces, si, también a mi morada,
penetraría la luz de otra alborada,
de ventura llamando al corazón.

Pero si ella lo ignora… habría vivido
siempre las horas de ayer que han sido,
doloras, encendidas de pasión.

Carlos Leuman, publicado el 31 de diciembre de 1937



Remembranzas de antaño

Media noche. - Lo ha dicho la alta torre cautiva
de la iglesia, con doce sonidos de campanas.
Nocherniego incansable, vago por las lejanas
calles de mis conquistas en actitud altiva.

Mutismo de sepulcro  Sombras que caen del cielo
como negros fantasmas; alguien se habrá olvidado
de iluminar la cúpula del templo inmaculado
del solemne universo, vistiéndola de duelo.

Me detengo.  De lejos un fulgor coruscante
viene hacia mí. Ya llega. Es algo impresionante
que en vano el intelecto trata de comprender.

Echo a correr.  Me sigue… y mientras asustado
pienso que es la “luz mala”… oigo que harto amoscado
mi padre habla y me dice: “¡Esto quería saber!”


Carlos Leuman, publicado el 17 de julio de 1928


Te acuerdas?

En un tiempo cuando éramos amantes
cuando entonces mi dicha sonreía,
dime si de esa llama fulgurante
te acuerdas todavía.

Esas noches tranquilas y serenas
Esa luna de suave resplandor
Esa dulce armonía de sirenas
¿Te recuerda mi amor?

De esas flores de aroma perfumadas
que tierna y amorosa me ofrecías
y que hoy yacen marchitas, deshojadas
¿Te acuerdas, vida mía?

De esas dulces y gratas ilusiones
De esas horas de loco desvarío
y de aquel torbellino de pasiones
¿Te acuerdas, ángel mío?

Del beso que estampé sobre tu frente
cuya impresión conservo todavía
y olvidarlo no puede ya mi mente
¿Te acuerdas, alma mía?

Los sueños que forjó mi fantasía
Los delirios que eternos yo creí
Fueron como un destello de alegría
¿Te recuerdas aún de mí?


Juan P. Amarante (hijo).
 Publicado en “El Independiente” 6 de octubre de 1895

Fuente: Archivo Museo Histórico de Balcarce.


Poetas y cajistas

Un poeta escribió:
Ni la luna en el cielo
lució tan bella
cual la que vi en tus ojos
Mústia Centella.
Ni a sus mejillas
tuvo rosas iguales
la aurora misma.

Y el cajista compuso:
Ni la lana en el cuero
lució tan bella
cual la quería en sus osos
Matías Centella.
Ni  a sus rejillas
tuvo rocas y jaulas
Laura Ramíres.

Sátira aparecida en “El Imparcial” del 17 de noviembre de 1895. El cajista es el oficial de imprenta que compone lo que se ha de imprimir. Fuente: Archivo Museo Histórico de Balcarce.




Arenillas

Para A.L.
Más grata que el tibio amor
Y más bella que el cherub;
Blanca como lirio en flor,
Y ardiente como el amor,
Así siempre fuiste tú.

Para A.D.
Tu boquita tentadora
Del bosque el encanto asume;
Su beso es la seductora
Pasión del Céfiro y Flora;
Brisa suave de perfume.


Para M.E.M.
Así como te sueño, yo te amo;
Y así como te amo, yo te sueño.
Hoy con justa razón fiel te reclamo
Porque en tiempo pasado fui tu dueño.
Te he perdido, mas tengo aún el empeño
De demostrarte cálida ternura
Para que vuelvas a mi alma pura,
Recordando un pasado tan risueño.

De “Arenillas”, publicado el 24 de diciembre de 1927. Uno o varios anónimos poetas locales escribían pequeñas poesías, siempre en tono romántico, para regocijo o conquista de algunas jóvenes del pueblo. En el original estaban con nombre y apellido.


A Balcarce

Al “Centro Estudiantes de Balcarce”,
 reconociendo gentilezas...

Balcarce, la hermosa, la virgen dormida
En sueños de hadas al pié de las sierras,
Yo soy el viajero que osando mi vida,
Os traigo el saludo de lejanas tierras.

Balcarce, la hermosa; he sabido admirarte
Ceñida en tu lauro de gloria y belleza...
He templado mi lira, y he querido cantarte
Majestuosa en tu porte de esplendor y realeza.
...

Balcarce...La bella, la hermosa...¡Adiós!
Ya se apaga mi estro, se enmudece mi lira,
Mi canción lentamente va muriendo y espira...
Y al partir, reverente, yo me inclino ante vos!

Augusto J Bialade

Publicado en el libro “Poesías premiadas en los Juegos Florales de Balcarce”, año 1930. Si bien el poeta no es de aquí, sino de Dolores, lo hemos incluido por su  temática.

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