miércoles, 19 de octubre de 2022

CONCURSO LITERARIO NARRATIVO “CONTATE UN CUENTO XV” Declarado de Interés Educativo por el Ministerio de Educación de la Nación res 1275/se

 

Ganador Categoría Malvinas: jóvenes de 12 a 15 años

 “La incertidumbre y las certezas” 

de Franco Martín Rondinella alumno del Instituto San Felipe Neri de Ramos Mejía

 

10 de mayo de 1982

“En un mundo de incertidumbre, una certeza es un regalo con fecha de caducidad”, me dijo uno de mis compañeros unos segundos antes de morir. Cada vez que el viento congela mis huesos sus palabras vuelven a pasar por mi mente. Ojalá supiera a qué se refería, porque en este momento no había certezas. Solo hambre, frío y armas inservibles. Una guerra perdida y unos luchadores nerviosos. Pero las esperanzas arden dentro de cada uno de nosotros, dentro de cada soldado. Nuestras familias esperan con ansias nuestra llegada, o al menos una noticia de nuestra vida.

La radio habla de cosas que no entiendo, una victoria asegurada y unas condiciones perfectas. Son mentiras. Las personas ofrecen carne y oro en honor a la patria, que por lo visto está en pausa.

 

25 de mayo de 1982, celebración del día de la Revolución de Mayo

Las personas a mi alrededor celebran felices la fecha patria. No termino de entender del todo cómo pueden vencer el hambre y reír, porque yo no puedo. Creo que empiezo a entender a qué se refería mi compañero con su frase; él planeaba empezar su vida una vez cumplidos los dieciocho años, estaba seguro de eso, pero al final no pasó, solo murió.

La fecha me recuerda tantas cosas: el guiso caliente que prepara mi mamá cada 25 de mayo, los pastelitos rellenos de membrillo, las risas en la mesa familiar. Puedo imaginarlas ahora, pensando en mí, en mi estado, en sí estaré bien. Me lastima y me da  esperanza de igual manera pensar en mi familia. Espero poder volver.

 

1 de junio de 1982

Tengo miedo, estamos perdiendo. El frío y el hambre arrasaron con la mayoría de mis amigos. Los ingleses vienen con sus armas modernas y su vestimenta abrigada y yo tiemblo de la inseguridad.

Al final no tenía razón sobre la frase de mi compañero: él no tenía familia y deseaba con fuerzas luchar por su país, su sueño era ser un soldado y un héroe.

 

12 de junio de 1982

Espero que la guerra esté por terminar, deseo con todas mis fuerzas recuperar mi vida. El miedo a la muerte se pierde cuando la vivís de tan cerca; ayer a eso de las ocho y media los ingleses nos bombardearon, juro que sentí como la fé abandonaba mi cuerpo. La Batalla de Puerto Argentino fue dura para todos, los Regimientos de Infanterías 4, 6 y 7 fueron atacados en simultáneo y no hubo manera de salir ganando de esa. Doy gracias por estar vivo.

Las enfermeras me contienen al mismo tiempo que intentan curarme para que pueda volver al campo. Gracias a ellas puedo escribir estas palabras.

 

15 de junio de 1982

Ya volví a caminar y mis heridas están casi curadas. Mis compañeros festejan el fin de la guerra, pero sé que en nuestros corazones todavía está en carne viva la herida. Firmamos la rendición y eso ataca nuestro orgullo.

Todavía no entiendo muy bien la frase, pero resuena en mi cabeza todos los días. Espero algún día poder entender.

 

20 de junio de 1982

Ya llegué a mi ciudad, esperaba que me reciban con aplausos y cariño, pero no hay nadie. Quizá ocultaron nuestra llegada o quizá ya nadie nos quiere por haber perdido. Da igual, estoy acá.

Decidí dejar de pensar en las palabras de mi compañero, solo me hacen revivir momentos dolorosos

 

20 de diciembre de 2022

Me cuesta retomar estos escritos que abandoné por tanto tiempo con la esperanza de olvidar. Hoy siento la necesidad de darles un final, de cerrar por fin la herida. Por eso les dejo mi interpretación de “En un mundo de incertidumbre, una certeza es un regalo con fecha de caducidad”: nadie sabía el destino de la guerra y nadie se imaginaba las atrocidades que ocurrían en el territorio nacional, los soldados convivimos con la falta de seguridad, con la falta de un futuro. La certeza, en este caso, no tiene una fecha de caducidad, por eso la debemos disfrutar más aún que cualquier otra. La certeza en cuestión es que las Malvinas fueron, son y serán por siempre argentinas.

 

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