domingo, 30 de junio de 2013

Elogio de la Locura - Compilación: Jorge A. Dágata

LOCURAS QUE NO CESAN

La guerra, como es bien sabido, es el origen de los hechos más memorables de la humanidad. Y, no obstante, ¿hay mayor locura que enzarzarse en una lucha terrible cuyas causas se ignoran y que inevitablemente traen más pérdidas que ganancias para ambos contendientes?

UNA MANERA DE VER

¿Qué es la vida sino una farsa en la que, oculto detrás de una máscara, cada cual representa su papel hasta que el director les ordena retirarse del escenario? Con frecuencia ocurre en la vida algo similar a lo que acaece en el teatro: el director dispone que un individuo actúe distintos papeles, y el que acabamos de ver vestido con la púrpura del rey retorna un instante después con los harapos de un esclavo. En el teatro del mundo, esta es la comedia que diariamente se representa.

MÁS LOCURA QUE NO CESA

La sabiduría inoportuna es una verdadera locura, así como la prudencia mal entendida es una imprudencia. No saber adaptarse ni al tiempo ni a las circunstancias y pretender que se acabe la farsa no es de hombres inteligentes. Además, como decían los antiguos en sus banquetes: El que no esté conforme, que se vaya. La verdadera prudencia consiste en tener en cuenta que se es humano y que no se debe emplear más sabiduría que la que usa la generalidad de los mortales, pasando por alto los errores que se observen en los demás. ¡Pero eso -me dirán- es una verdadera locura! Les doy la razón y agrego que es la única manera de llevar adelante la comedia de la vida.


Del libro "Elogio de la Locura" cuyo autor es Erasmo de Roterdam (Holanda c. 1466-1536)

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