Esta frase, cuya repetición por vates, narradores, conferencistas y público en general ha hecho de ella un mostrenco abominable, tiene su origen cierto en el Egipto de los Faraones.
Cuando Champollión, llevado por Napoleón a Egipto, encontró la piedra de Roseta y comenzó a tratar de descifrarla, le vino cierta urgencia que no es necesario detallar aquí. El sabio francés corrió hacia unas construcciones que databan de la época de Amenofhis IV y que, gracias a su conocimiento del idioma, pudo saber que eran unos baños públicos. Allí, algo incómodo, en su afán de leer cualquier escritura que se pusiese frente a él, consiguió descifrar un jeroglífico que estaba en la puerta del baño. La traducción, escrita posteriormente por el propio Champollión en sus memorias decía:
“Si las gotas de sudor perlan tu frente
usa el mejor laxante: “Flor de Nepente.”
Tus dolores aliviará con precisión:
lo usa desde el esclavo hasta el Faraón”
Posteriores usos hicieron famosa esta imagen, escindiéndola del contexto original en que fue escrita, y aplicándola a troche y moche hasta hacerla francamente aborrecible.
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