Yo abandoné aquel perro.
¿Por qué he de escribirle un poema?
Poesía escribo cuando otros
son los que lo echan.
Yo hice llorar a aquel niño.
¿Por qué he de escribirle un poema?
Poesía escribo cuando otros
sin piedad le pegan.
Mentí, estafé, maldije al sordo,
vendí como esclavo al que mi hermano era;
corrompí a la viuda, y al ciego
hice caer en mi propia ciénaga.
Me alegré del mal; me reí de sus lamentos,
¿y he de escribirles un poema?
Yo sólo escribo cuando otros
su bondad publican sin vergüenza.
Maté aquella gente, sus hombres y sus dioses.
Quemé sus casas y sequé la sementera.
Aún sus bestias ofrecí en holocausto,
en el puro altar de lo que fue su tierra.
Bailé sobre sus huesos convertidos en espanto,
¿y he de escribirles un poema?
Yo sólo escribo cuando en otros,
rica en demonios, la maldad progresa.
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