sábado, 22 de junio de 2013

La infanta Jorobadita Por José María Pemán

Hila, hila que hila
hilaban las dos infantas.
La mayor, hilos de oro;
la segunda, hilos de plata.
La más niña de las tres
se distraía y no hilaba.
Sobre el faldellín de raso
ociosa la mano blanca,
los ojos claros perdidos
más allá de la ventana,
en la noche, toda llena
de estrellas y luna clara...
Con la sonrisa en los labios
la miran las dos hermanas.
Como era jorobadita
todas la menospreciaban.

Entrara, en eso, la dueña,
la dueña temblorosa y cana:
“¿Qué están hilando a estas horas,
mis señoras las infantas?”
“Yo hilo un vestido de oro,
yo hilo un vestido de gala,
para lucirlo en las bodas
que mi padre me prepara.”
“Yo hilo un vestido de corte,
yo hilo un vestido de plata,
para esperar el buen príncipe,
el de la pluma de grana.”
“Y mi infantita, la ociosa,
¿qué tiene que no hila nada?”
“No espero bodas ni príncipes,
no hilo con oro ni plata.
Hilos de rayo lucero
y rayos de luna clara,
sin otra devanadera
que el anhelo de mi alma.
Un vestido voy tejiendo
claro y sutil como el alba.
Cuando lo tenga acabado
vendrá por mí el que me ama.
No sé si será de noche,
no sé si será mañana.
Sólo sé que allá, muy lejos,
alguien me quiere y me llama...”
Con la sonrisa en los labios
la oían las dos hermanas.
Como era jorobadita
todos la menospreciaban.

Ésta fue la prima noche.
Cuando sonreía el alba
murió la jorobadita,
como se muere una lámpara.
Corrió por todo el palacio
la noticia comentada:
“No vivía en este mundo.”
“Era una criatura extraña.”
Sus hermanas, recelando
por sus trajes de oro y plata,
preguntaban a la dueña:
“¿Qué dura el luto de infantas?”

A la noche la regaron
de lirios y rosas blancas.
La sacaron de puntillas
por una puerta excusada.
Como si fuera al encuentro
del novio que ella soñaba,
iba la risa en sus labios,
la paz en su frente blanca.
Las estrellas y la luna
la vestían de oro y plata.

4 comentarios:

  1. Qué bonito es! Mil gracias por publicarlo!

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  2. Hermoso,leía este poema viendo era una niña ....hermoso

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  3. A mi me la enseñaron en la academia cuando era pequeña y nos la hicieron memorizar y la verdad me encantó esta poesía. Gracias por compartirla.

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  4. Era mi poema preferido, me lo leía mi hermano de pequeña.

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