Al borde del camino la dulce oveja enferma.
Ya no le espanta el ruido
del coche que se acerca,
y en paz consigo misma
reposa en la cuneta.
En sus dolientes ojos
el campo se condensa
-curvo cristal de escarcha
y dos pupilas tiernas.-
La oveja, mansamente
acurrucada espera
que el vellón se le cuaje
con la nieve azulenca.
El rebaño está lejos.
Ella está sola y quieta.
Hola buenos días quería saber de qué libro es este poema.
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