martes, 18 de junio de 2013

“Contate un cuento IV”. Mención de Honor categoría B - Lourdes Forte

Imaginando mudos
Alumna de 4º año de Escuela de Educación Técnica Nº 1

   Matías tiene 10 años, a simple vista, es un chico normal, como cualquier otro de su edad. Cursa 5º año en la escuela primaria que está a  3 cuadras de su casa. Se levanta todas las mañanas temprano para ir a la escuela, de Lunes a Viernes, recorre esas tres cuadras solo.
   Desde chico Matías no la pasaba muy bien. Sus  padres estaban separados  desde que él tenia uso de razón, la mamá trataba de darle todo lo mejor, y eso implicaba a veces muchas horas de trabajo y poco tiempo para Matías; solamente para que a él no le faltara nada la madre sacrificaba su tiempo. Por otro lado el padre no se interesaba mucho por él, iba a visitarlo cuando tenía ganas y nunca había aportado ninguna ayuda para su crianza. Cuando sus padres se peleaban y discutían mucho, él sufría el doble.
    En la escuela no se trataba con nadie ya que ningún chico le hablaba y él tampoco daba pie para relacionarse con los demás. La maestra siempre se preocupaba por él, pero Matías le decía que no se molestara porque él ya tenia un amigo, se llamaba Shamah, que en hebreo significaba oír.  Matías le contaba a su madre que Shamah solamente estaba cuando él necesitaba ser escuchado ,cuando estaba mal o se sentía solo, pero a Shamah nunca nadie lo había visto ni conocido
   Un domingo por la tarde, el padre lo fue a buscar para llevarlo de paseo,  como era habitual,  el papá y la mamá comenzaron a discutir,  pero esta vez fue peor … Matías en el medio no podía hacer nada. El clima se ponía cada vez más tenso, el tono de voz entre ambos comenzaba a subir y cuando todo parecía ponerse mal se puso peor, el padre le pegó a la mamá. Matías se fue corriendo hacia dentro de su casa y después de unas horas volvió la madre con la cara golpeada y lo abrazó.
   El  Lunes a pesar de lo que había pasado la noche anterior él no debía faltar a la escuela, las 3 cuadras no fueron normales, él iba hablando con su amigo, el panadero intentó saludarlo como todas las mañanas, sin embargo Matías siguió charlando solo. Su maestra lo vio mal toda la clase y en el recreo lo veía hablar solo. Ella se acercó y le preguntó:
- ¿Por qué hablas solo Matías?”
-  No estoy hablando solo seño, estoy con Shamah. -  le contestó
-  ¿Quién es Shamah?
   Matías señaló el vacio a su izquierda
- ¿Y por qué no charlas con tu compañeros o conmigo?
-  Porque ellos no son como Shamah.
- ¿Y cómo es Shamah?  preguntó la maestra desconcertada
- Shamah es Mudo, bueno, él me escucha, él me entiende y me ayuda.
- Yo también te puedo ayudar, ¿me querés contar? - le contestó la maestra
-  Gracias pero no, porque usted va hablarme y querer contenerme aconsejándome, pero yo no necesito palabras… necesito oídos  aseguró Matías

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