martes, 18 de junio de 2013

El muelle - Por Ezequiel Feito




I
Era la noche tan luminosa
que ni una estrella podía reflejarse
en las tranquilas aguas endurecidas por la luna.
En las quietas aguas donde podía deslizarse
como reflejo de un reflejo la figura
de la cómplice arboleda que rodeaba
las blancas playas y la orilla dura.

II
Era de noche y yo vagaba con el perfume de los muertos
mientras mis pasos por el vacío muelle
resonaban torpemente en sus maderas,
en las oscuras maderas que cortaban
El disco de la luna.

III
¿Por qué tengo que volver a este muelle
donde el agua dibuja tu figura
en el disco de la luna?

IV
Me siento y veo sombras reflejadas en el agua,
alejándose del muelle,
ahogándose en la luna,
pudriéndose en la plata,
regresar una y mil veces
a la insensata orilla, a la arboleda en calma
y a la profunda tierra que en vano cubre
el mutilado cuerpo de mi amada.

V
El tiempo va devorando el muelle, y la mañana
purifica la arboleda, la orilla y nuestras almas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario