Suaves fragancias llegan de lejos rompiendo barreras
que impiden afloren sentimientos y recuerdos.
Mas cuando en un descuido,
saltando barreras llegan,
a veces alegran y otras destrozan
por muy lejanos que sean.
Heridas que nunca curan, cicatrices que delatan el vivir,
el haber sentido.
Con el tiempo, los dolores se amortiguan,
se endulzan con nuevas vivencias,
se ocultan en el yo profundo, donde parecen quedar olvidadas
pero… Un aroma,
una suave brisa,
un esplendor en la hierba,
tiran con fuerza de él para sentirlo de nuevo.
No tan tenaz, no tan doloroso, pero presente,
lo suficiente para cuestionar …
Y si…
Es una sombra que pasa;
el momento ha terminado.
El aroma, o la brisa, o el rayo de sol
reflejado en su cabello,
no tiene el mismo significado , es otro tiempo,
un mundo distinto
y entonces se extiende la mano ofreciendo
una nueva caricia.
No se ha de temer el dolor pasado,
no importa la vida vivida,
ante ti sombra querida
hay un nuevo amanecer.
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