jueves, 27 de junio de 2013

Gato Embotado - Enrique Banchs

Gato Embotado viene y va,
con una mano a la cintura,
con el sombrero
de mosquetero
donde una larga pluma oscura
hace que no y hace que sí.

Por un sendero de alelí
Gato Embotado viene y va;
¿qué pensará? ¿quién lo sabrá?

Gato Embotado viene y va,
¿pensando en que?
¿quién lo sabrá?
En toda Francia
no hay arrogancia
como la de él; cuando el acero
saca a brillar, fuerte y ligero,
hasta las ranas a su paso,
se echan al agua por si acaso.
Gato Embotado viene y va;
y lo que piensa, Dios sabrá.

Gato Embotado viene y va.
Caperucita cruza por el prado.
-¡Eh! por aquí nadie ha pasado
sin enseñarme lo tapado.
¡Señora, presto
vuelque su cesto!
- Gato Embotado, buen amigo,
llevo quesillo y pan de trigo.-
Caperucita abocó el cestillo;
ni pan llevaba ni quesillo;
pero ligero y asustado
salió corriendo un ratoncillo.
Gato Embotado se ha arrojado
y a cuatro patas va tras de él;
por un ratón perdió el sombrero,
su guante inglés, con él su acero;
y no perdió el corcel
porque él usaba andar a pié
por la razón no sé por qué.


3 comentarios:

  1. Estaba en mi libro del primer grado inferior en Buenos Aires. Tengo 80 y todavia puedo recitarlo palabra por palabra

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  2. Mi tío ,ya fallecido, aprendió a recitarlo para el colegio, y su hermanita menor lo aprendió sin saber leer siquiera, hoy con 83, se los sigue recitando a los niños pequeños… un placer verla actuando y gesticulándolo…. O me canso de verla en acción jaja

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  3. Mi madre me lo leía cuando era chica, tengo ahora 63 y lo releo y sigo disfrutándolo como antes

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