Difusas siluetas del camino
trazadas al acaso por las sombras,
son tan sólo, luces muertas.
Pálidos contornos dibujados por la muerte,
- una muerte capaz de eternizar el gesto calmo
y contemplar el otro con el otro -
son tan sólo, luces muertas.
Pausa final, simetría transparente
de una vida breve o de un tiempo que amenaza
destruir lo que es, o al menos
hacer eterna su quietud, como una luz muerta.
Bailemos, pues. La tierra brinda
cadáveres amables de presurosas uñas y débiles entrañas
cuyo extinguido lodo niega su existencia.
Luces muertas,
en amplia lejanía, en la incertidumbre de horizontes,
corren sin vida, ríen sin sentido
mientras se resecan en un solo gesto
y en una sola idea jamás recuperada
como inmundas ropas.¡ Como
luces muertas!
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