lluvia y días iguales
creciente del río de Oro
aguas salidas de madre,
revuelto mar de aguas turbias
sobre la tierra de nadie.
El agua llega a los montes,
el agua sube a los árboles;
rabel de ranas y sapos
en la noche interminable,
en un fondo de agua tinta
triza sus fríos cristales ,
en las noches sin estrellas
negras de negros cendales.
Sordo rumor en la noche
me trae su oscuro mensaje;
un miedo antiguo detiene
el remezón de mi sangre.
Me siento sobrecogido
rodeado de soledades,
sola mi blanca casita
como una isla distante
y mi canoa de pobre
con sus dos remos al aire.
Arrasó el agua mi siembra
perdida entre los guadales,
se llevó el agua mis sueños
camalote en la vorágine.
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