Oscar Wilde
Admiro el grado de fealdad que puede alcanzar una ciudad moderna. Por todos lados se destruye lo que aún quedaba libre, imprevisto, mesurado, humano, tradicional. Por todos lados se destruye esto tan encantador, una pared vieja por la que cuelgan unas ramas. Por todos lados se suprime un poco de aire, y de día, un poco de naturaleza, un poco de recuerdos que aún quedaban, un poco de nuestros padres, un poco de nosotros mismos, y se levantan casas espantosas, enormes, infames.
Anatole France
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