miércoles, 3 de julio de 2013

La poesía china - parte II - Wan Wei

En cualquier nivel social, la poesía ha penetrado en la vida y la historia,  quizás no haya otra faceta de su cultura que posea más universal aprecio. En China no han existido los poetas profesionales, pero se puede decir que «la gente común» con sus formas coloquiales y estilo del habla, y los literatos, de vasta erudición y sofisticadas sensibilidades, son los que con mayor frecuencia la han producido. Su poesía ha servido para cantar a los espíritus de los antepasados, celebrar las bellezas de la naturaleza, demostrar amistad, servir de compañía en las reuniones sociales, hacer críticas políticas, serenar el dolor, o progresar en un galanteo amoroso. Dos hechos llaman la atención en esta poesía: su antigüedad y continuidad. El descubrimiento, en el siglo primero antes de nuestra era, de una técnica para hacer papel y la invención de la imprenta, siete siglos después, ayudó grandemente a la diseminación y conservación de la literatura, y desde entonces son cientos y cientos los trabajos que los chinos han consagrado a la recopilación y estudio de su poesía. Otra de sus virtudes es su fácil comprensión, así la poesía china, como cualquiera otra gran tradición poética, tenga sus convenciones particulares, algunas de las cuales suelen parecer extrañas a un lector común. El tratamiento que han dado al amor romántico, por ejemplo, aparece presentado casi en exclusivo desde el punto de vista de las mujeres, haciendo énfasis en el sufrimiento y desamparo de su situación. En otros casos, la corte imperial y los monarcas y concubinas, son equiparados a los cielos, o a maravillosas damas del firmamento, y los favores del emperador, a la lluvia que da vida o el rocío de la mañana.
Además de estos estereotipos, la poesía china tiene un buen número de mitos y leyendas que sirven para agregar significantes a sus habituales alusiones a famosos sucesos y personajes del pasado. Y como se ha dicho muchas veces, esta tradición poética tiene un tono que se acerca mas al sentido común y es raramente filosófico, o vinculado a cosas supra naturales o extravagantes vuelos retóricos o de fantasía. Por esta razón, incluso en poemas muy antiguos, es fácil entender sus significados, porque se ocupa de las preocupaciones de hombres y mujeres en todos los tiempos.
Otra de las particularidades de esta poesía es su contención y decoro. Ni los antiguos ni modernos chinos han redactado poemas épicos. En esta poesía no hay temas heroicos ni de elogio de las armas. Las guerras y la violencia jamás son exaltadas y cuando son mencionadas, o referidas, es para lamentar sus consecuencias o condenarles. Para la llamada gente culta y en especial para los empleados del estado, la poesía ha sido un elemento imprescindible en la vida diaria. Los poemas se redactan para celebrar bodas, banquetes, lamentar las separaciones entre amigos, encomiar los hechos de la vida cotidiana, recordar los escenarios de un viaje, sanear el dolor y las penas o simplemente terminar con el tedio o perfeccionar las habilidades literarias. La costumbre de echar a las suertes, entre un grupo de amigos, el ritmo o los ritmos en que serían escritos los poemas o de concordar con las cadencias del poema de otro, ya fuese empleando las mismas cualidades rítmicas o partiendo de las mismas palabras, hicieron de la composición de poemas una suerte de competencia, que daba a la invención lírica calidad lúdica. 



Despedida

Desmonto. Mientras bebemos vino:
¿Adónde irás? El mundo me ha engañado:
A mi colina del mediodía me vuelvo.
Ve, vete. No pregunto más:
Nubes blancas sin fin, nubes.


Al perfecto Chang

Mi otoño: entro en la calma,
Lejos el mundo y sus peleas.
No más afán que regresar,
Desaprender entre los árboles.
El viento del pinar abre mi capa,
Mi flauta saluda a la luna serrana.
Preguntas, ¿qué leyes rigen "éxito" y "fracaso"?
Cantos de pescadores flotan en la ensenada.


En la ermita del parque de los venados

No se ve gente en este monte,
sólo se oyen, lejos, voces.
Bosque profundo. Luz poniente:
alumbra el musgo y, verde, asciende.


Montes de Chungnan

Cordillera de  Chungnan: desde la capital,
cerro tras cerro, hasta el borde del mar.
Las nubes: si me vuelvo, contra mí se cierran;
La niebla turquesa; si entro en ella, se disipa.
En el pico centrral cambian las  direcciones:
Diferente la luz, difiere la sombra en cada valle.
Por no pasar la noche al raso, llamo a un leñador:
Salta mi grito a través del torrente.



Ascensión

El caserío anidó en el acantilado.
Entre nubes y niebla, la posada:
Atalaya para ver la caída del sol.
Abajo el agua repite montes ocre.
Se encienden las casa de los pescadores.
Un bote solo, anclado. Los pájaros regresan.
Soledad grande, se apagan cielo y tierra.
En calma, frente a frente, el ancho río y el hombre.


Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino. Se le considera el fundador del estilo de pintura paisajístico puro y fue uno de los maestros del verso lírico de la dinastía Tang. Aunque no se conserva ninguna obra auténtica, sus poemas destacan por su gran sensibilidad hacia la naturaleza. Fue también un gran calígrafo.

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