que surges ondulando contra el cielo,
siento estallar el mar y mis cadenas.
Furia de ansias dorada
en lucha con las olas te veo salir,
despreocupada y libre o liberada.
Qué despiertas en mí.
Cavan tus huellas húmedos destinos,
el mar curva tu danza de caderas,
te incendia el sol un halo de aventura.
Mis huellas detenidas te desean.
Qué despiertan muy dentro de mi noche
tu música de día, tu paisaje de luz,
criatura de arena que bailas sobre el cielo
en cavernas de espuma con un rumor azul.
Niña diosa maduras
como en verano la tormenta breve,
devoras en tu centro el horizonte
revuelto por llover, pero no llueves.
Niña, mármol y espiga,
resguardas tu tristeza en la mirada
y ofreces tu sonrisa regalada de sal.
Ya cesaron mis huellas, nada sé de caminos
y tus pasos de arena me vienen a buscar.
(2009)
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