La noche está quieta, los cielos tranquilos,
los árboles mudos, la calle está en paz.
Debajo las hojas, sencillas y graves
un nido vacío, meciéndose va.
La sierra lejana y el jardín cerrado
bañando a la luna en silencio están;
y una gris pareja de amantes pasa
llevando en sus labios a la eternidad.
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