A veces me pienso
plantas abajo,
los nervios penetrando las aceras,
la raíz de lo vivo hundiéndose, horadando
hasta encontrar suelo real,
roca, agua estancada,
me pienso tacto
a través de adoquines, asfalto,
conducciones de gas,
cables eléctricos...
me pienso piel más allá del túnel y las vías,
el suelo tiembla al paso de los trenes
y siento
cómo vibro con la única vida
que puebla éste intermedio:
la vida del desecho que fluye subterráneo,
me pienso plantas abajo en el abismo
que me separa de la corteza viva,
me pienso olor a humus,
tacto a roca,
canción de río,
mujer sabor a tierra.
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