miércoles, 19 de junio de 2013

Dos apólogos Por Juan E. Hartzenbusch

El muchacho y la vela

Dijo una vez a la encendida vela
un chico de la escuela:
-Yo quiero, como tú, lucir un día.
La vela respondió: La suerte mía
sólo es angustia y humo.
Brillo, sí, mas brillando me consumo.


El queso, el ratón y el gato

Guardado José tenía
su queso en una alacena,
y una tade, con gran pena,
vió un tarñón que lo roía.

Para evitar tal exceso,
allí su gato metió:
el gato al ratón comió;
mas, también se comió el queso.

“No pidas servicios a los amigos interesados”


Extraídos del libro “Buena Senda” de Fco. César Pedotti, edición 1950

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