miércoles, 19 de junio de 2013

UNA CARTA DE LUIS VITALE

Luis Vitale (1927 - 2010) fue un historiador e intelectual argento-chileno. Participó en el movimiento obrero y fue autor de diversas investigaciones en torno al movimiento obrero chileno, llegando a ser elegido Presidente del Sindicato de Empleados de Laboratorios y luego de la Federación de Química y Farmacia y en 1959 dirigente nacional de la CUT.
Tras el golpe militar de 1973, fue detenido y torturado, pasando por diversos campos de concentración. En 1974 se asiló en Alemania. En 1962 publicó su primera obra titulada "Historia del Movimiento Obrero". Su principal aporte a la historiografía chilena fue su obra "Interpretación Marxista de la Historia de Chile”
Fue profesor titular en la Universidad de Chile, además de desempeñarse como profesor en la Universidad de Concepción, Universidad Técnica del Estado, Universidad Gôete de Frankfurt, Universidad Central de Venezuela, Universidad Nacional de Bogotá, Universidad Río Cuarto de Córdoba, Argentina, y Profesor Doctor Emérito de la Universidad de Groningen, en Hamburgo

Estimada C…

Una serie de circunstancias, (y no son pretextos) como el cierre por vacaciones de algunas editoriales y la inexistencia de algunos libros, me han impedido cumplir a tiempo con el envío de obras que le había prometido.
De acuerdo a lo que habíamos charlado, podría empezar con Pirenne. Su lectura detenida le proporcionará una visión general de los problemas fundamentales de la vida medieval, especialmente de la económica, palanca clave que pone en movimiento las relaciones simples de los hombres. Una vez comprendidos estos fenómenos estructurales podrá meterse con toda soltura en los problemas de la cultura. Todo, teniendo siempre en cuenta que el conocimiento erudito es el soporte de cualquier generalización.
Esto (interpretación de leyes generales, procesos histórico de esas leyes, sus diferenciaciones, sus dinámicas parciales) que parece tan sencillo lo manejan muy pocos historiadores, especialmente los argentinos. En este país, como en todo país en que no se investiga seriamente, se construyen las hipótesis históricas más disparatadas, precisamente porque se parte  de una concepción que desprecia la erudición (justificación del haragán) y que opina que debe hacerse “sociología”, “filosofía de la historia”. De ahí, sus divisiones en las grandes etapas históricas, sus cuadros “racionalmente perfectos” del curso de la humanidad, poniendo mucho esmero en que esas divisiones coincidan con sus pensamientos. De todo esto, resulta una concepción idealista completamente apartada de la realidad. Esto no indica que niegue las ventajas que depara la diferenciación de los grandes períodos de la historia. Al contrario, esa debe ser la tarea de todo historiador corriente que se remonta por encima del hecho anecdótico. Pero, esas generalizaciones deben surgir del estudio de la realidad concreta, no de concepciones ideales de la vida.
Mas, para investigar se debe contar con un método de análisis que nos facilite el estudio, que nos señale qué aspecto de la realidad es el motor de la marcha histórica. Una concepción filosófica, captada de la realidad, que al mismo tiempo nos permita tener una visión general de todas las ciencias y del curso del mundo contemporáneo.
En la medida en que formemos un equipo de trabajo integrado por compañeros que posean parecidos métodos de investigación, tanto más unificado será el producto de nuestros estudios.
Si me he extendido en algunos conceptos, es porque observo que sus in quietudes tienden a canalizarse por el lado de la investigación y que, por consiguiente, será una futura compañera de trabajo.
Con la esperanza de seguir charlando de todas estas cosas dentro de poco tiempo, lo saluda con un fuerte apretón de manos.


Luis Vitale

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