jueves, 20 de junio de 2013

Dos meses Por Hilda González-Concordia- Entre Ríos

 Porque la luna en mi vereda tiene
una tristeza de plata que me envuelve
te siento, presente en mi vereda.

 Porque el sol entre las nubes, todo el día,
mostróme su esfuerzo por brindarse en calor
te siento, corriendo por mis venas.

Porque las flores de mi ventana
esperan con ansias las gotas que calmen su sed
te siento, amando la vida hasta el fin.

 Porque los grillos callan, expectantes,
cuando acerco mis pasos al verde rincón
te siento, en el silencio de una despedida.

 Porque mi almohada muerde la oscuridad
para no contar mis secretos a los gritos
te siento, música en mis sueños.

 Porque el río recupera paisaje en la bajante
mientras corre saltando entre las piedras
te siento, invisible, sonriente y cercano.

 Porque las calles aturden
con sus voces y su música (son ruidos)
te siento, armonía, melodía de ausencia.

 Porque no te veo, no te oigo, no te encuentro
en mi casa, en mi pueblo, en mi gente, hoy
te siento como nunca...y...¡cómo duele!

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