En una mesa suelo
decir verdades
después del quinto vaso.
En un poema suelo
decir verdades
en el primer intento.
Ando queriendo decir verdades
que no conozco sobrio y despierto.
Parece que, despierto
y sobrio,
existe una mitad
de lo que puedo
existir pleno
en el vaso que dicen que nubla
y en el poema
que mienten
que sueña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario