De los caminos vacantes
el verso
se adentra cómodo en los más pintorescos
caminos puta alegre
caminos borrachera
caminos libertad para los gatos
quedan sin retratar
esposas de cuneta,
analgésicos para llevar el día,
viejas peluca con las cejas pintadas
y nostalgias de Cuba
en un barrio de nadie
y el verso se desliza
debajo de las muelas
semilla entre el escombro
suburbial y maldito
donde no hay ateneos ni vanguardias ni luces
y grita "soy de ellos".
En el parque,
paseando entre los perros,
el verso muerde la pierna de un anciano
"Te amo ahora
como te quise siempre"
(lápiz gastado sobre hoja de cuadros).
El poeta centrípeto despierta
con el verso pegado a las pestañas
y se lava la cara y se sube a la silla
y declama
"escuchadme
yo soy la poesía".
Una chica gitana sacude la melena
y el verso abandona la boca del poeta
para enredarse
ciego
en la ropa tendida.
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