Es un día como cualquier otro, el cielo celeste, sin una nube, predice que el calor seguirá por unas semanas más. En la ciudad de Astor, cuyos habitantes jamás cuidan, ni se interesan por la Madre Naturaleza, se vive un día normal de trabajo. De repente en el cielo se ve algo nunca antes visto. Nadie sabe cómo, pero se está comenzando a formar un ojo tormentoso. De golpe, toda la ciudad queda como de noche.
-¡¿Qué ocurre?!- pregunta un almacenero.
-¡¡No lo sé!! ¡Debe ser el fin!- le responde una mujer que corre sin rumbo.
-¡Corran, corran!, ¡ya no hay tiempo!- grita otro hombre mientras se agarra la cabeza.
Las radios, por su parte dan anuncios con pocas esperanzas:
“INFORMACIÓN DE ÚLTIMO MOMENTO: Según los últimos informes, este fenómeno natural, está ocurriendo a nivel mundial. Como aún no conocemos sus riesgos, les rogamos a todos que permanezcan en sus casas y que no salgan hasta nuevos avisos”
El Planeta Tierra está convulsionado. De un momento a otro ha comenzado a soplar un viento atroz que está destrozando todo a su paso: casas, conexiones eléctricas, autos, shhhhhhhhhhhhh…..shhhhhhhhhhhh
Luego de unas horas el viento ha cesado y el ojo tormentoso se está despejando, se observa algo celeste; parece que todo está acabando, pero no… en el cielo se ve una especie de nave octogonal, con luces de varios colores, que está comenzando a esparcir como un gas, que inevitablemente todos inhalan. Muchos intentan escapar, pero ya no hay salida. La nave está aterrizando en medio del océano y de ella están bajando dos seres realmente indescriptibles.
Todos los habitantes de la Tierra se han muerto, o casi todos. Extrañamente una mujer está sentada sola en una casa hecha con troncos de roble y decorada con las flores silvestres más bellas. Sabe que no hay nadie más en el mundo. Golpean a la puerta, la mujer abre y le dicen:
-¡Madre!- con reverencia-¡Al fin llegó el día de vernos!, tu sufrimiento ha acabado
-Era hora de que hicieran justicia, el daño que estos seres me hacían era en forma desmedida, no se interesaban por mí - responde la mujer.
Desafortunadamente la Madre Naturaleza, se dirige hacia la nave y antes de cerrar la puerta dice:
-En la vida, todo vuelve y lo que no se cuida se pierde.-
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